Habita un cuerpo que ames: ¿Cómo amo mi cuerpo?

Amix, antes que nada, felicidades por dar ese paso hacia el amor, el amor que debemos tener antes de amar a alguien más: el amor propio. Y como parte de este proceso, surge la duda:

 ¿Cómo amo mi cuerpo?

Este tema puede remover heridas profundas, lo sé, así que es válido sentirse un poco bajoneado. Se vale. Pero te advierto que, después de estos pequeños consejos, el ánimo subirá como espuma.

1. Háblate con amor

Lo sé, amix, este consejo está en todas partes. ¿Sabes por qué? Porque funciona. Tu cuerpo escucha y siente lo que le dices. Si le elogias todos los días, responderá con bienestar. Si le hablas con odio, lo reflejará con malestar.

De hecho, los científicos han comprobado que existe una conexión directa entre nuestras emociones y nuestro estado físico. Los pensamientos negativos sostenidos debilitan el sistema inmunitario hasta por cinco horas, aumentando el riesgo de enfermedades. En cambio, las emociones positivas curan y nos hacen más felices.

Por eso, amix, empieza a hablarte bonito. Mírate al espejo y di:
«Soy suficiente. Mi cuerpo es fuerte y merece ser amado.»

2. Agradece: eres abundancia

Esto puede sonar raro al principio, pero créeme, amix, agradecer a tu cuerpo es delicioso. Piensa en lo que hace por ti todos los días: te permite moverte, respirar, abrazar, amar y vivir. ¿No crees que merece gratitud?

Dedica un momento al día para reflexionar o repetir frases como:
«Yo agradezco este cuerpo que es mío, que amo, que me sostiene, que me permite existir y ser feliz.»
Escribirlo en un diario o decirlo en voz alta puede ayudarte a conectar más profundamente contigo misma. Tu cuerpo es tu aliado; agradécele por serlo.

3. Ama tu cuerpo como amas a quienes más quieres

Piensa en alguien que amas profundamente. Si esa persona ganara o perdiera peso, tuviera acné o algún cambio físico, ¿dejarías de quererla? Claro que no. Porque tu amor no se basa en su apariencia, sino en quién es y cómo te hace sentir.

Ahora, aplica esto a ti misma. No te acomplejes pensando en lo que dirán los demás. Si alguien te ama, lo hace por lo que eres, no por cómo te ves. Y si no es así, pregúntate: ¿realmente quiero rodearme de personas que solo valoran mi físico?

4. Celebra tus logros, no solo tu apariencia

Amix, amar tu cuerpo no se trata solo de aceptarlo, sino de reconocer todo lo que es capaz de hacer. Celebra cada pequeño logro: desde un día en el que te sentiste bien contigo misma, hasta momentos en los que te permitiste descansar o hacer algo que te llenara de felicidad. Tu cuerpo es mucho más que su apariencia; es el vehículo que te permite vivir experiencias, amar y crecer. Cada paso que des hacia el autocuidado es motivo para sentirte orgullosa. ¡Eres más fuerte y hermose de lo que crees!

5. Consume contenido que sume

Pregunta seria, amix: si quisieras que una semilla creciera, ¿la pondrías en medio de las rocas? ¿La dejarías bajo un sol que la queme? ¿La encerrarías en un lugar sin oxígeno? ¿O permitirías que alguien le arranque las hojas y corte sus flores? No, ¿verdad? Sabes que elegir el lugar donde florece afectará su crecimiento, porque las condiciones—el agua, los nutrientes y el ambiente—pueden hacerla prosperar o marchitarse.

Haz lo mismo contigo. Rodearte de un entorno que te impulse a amarte es fundamental. ¿Cómo hacerlo? Si eres fan de las redes sociales, consume contenido que promueva diversidad corporal y amor propio. (Por ejemplo). Si te gusta hacer ejercicio, hazlo desde un lugar de cuidado, diciendo: “Amo mi cuerpo y lo cuido”, en lugar de “Debo perder peso.” Si disfrutas del skincare, aplícate tus productos pensando: “Cuido mi rostro, que es capaz de sonreír.” Y si te encanta comer, hazlo desde la intención de nutrir y alimentar tu cuerpo, no con culpa.

Amix, recuerda: no es lo que haces, es desde dónde lo haces lo que realmente marca la diferencia en tu vida. Rodéate de personas, grupos, contenido e información que sumen a tu ecosistema de amor propio, porque todo eso será el terreno fértil donde florezcas. 🌱✨

Reflexiona y date la oportunidad

Amarte no es un destino; es un proceso. Empieza de a poquito, construyendo una relación más positiva contigo misma. Háblate bonito, agradece y recuerda que tu cuerpo es tu hogar. Mientras más lo cuides y valores, más hermosa se sentirá tu vida.

Esto es lo que necesitas saber (y nadie te enseñó): ¿Cómo amo mi cuerpo? Empieza desde el amor propio, porque ese amor transforma todo. 💖

Deja un comentario